jueves, 31 de enero de 2013

PUNTO MAGNÉTICO EN KÓTOSH ASOMBRA AL MUNDO




Fue en la década del sesenta del siglo próximo pasado que la Expedición Científica de la Universidad de Tokio a los Andes, reveló los enigmas del centro ceremonial de Kótosh, mostrando al mundo uno de los templos más antiguos de América. En septiembre de 2008, el profesor Yoshio Onuki, integrante de esa expedición, regresó al complejo arqueológico sin imaginar que un nuevo misterio habría de sorprenderlo.



Unos meses antes, el guía Gregorio Bardales Gonzales, descubrió atónito que su voz se amplificaba internamente cada vez que se paraba en medio de la rotonda que se ubica al ingresar a Kótosh. Entonces, decidió comunicárselo a su compañero de trabajo Leonidas Bazán, quien corroboró que no estaba alucinando, y juntos comenzaron a mostrar la existencia de este fenómeno sobrenatural que ahora asombra a los visitantes.

Rotonda donde se ubica el punto magnético en Kótosh, donde este visitante siente su voz amplificada

El arqueólogo japonés Yoshio Onuki quedó fascinado al comprobar que se trataba de un punto magnético similar, dijo, a los que existen en el Tíbet y México. Se abstuvo de formular especulaciones, pero sí prometió volver para reanudar las excavaciones y hallar una dilucidación sensata a esta experiencia que lo maravilló.
Justamente por ser un fenómeno que desafía la interpretación científica, hasta ahora no se tiene una teoría seria que fundamente este hecho insólito. Nadie se explica, por ejemplo, cómo es que la aguja imantada de una brújula no pueda encontrar fácilmente su Norte cuándo es colocada sobre el espacio, o del porqué al mediodía el fenómeno se presenta con mayor intensidad.


Centro ceremonial de Kótosh


Se han registrado casos de personas de  edad avanzada con dificultades auditivas que, admiradas, sentían como sus cuerpos de pronto eran verdaderas cajas acústicas cuando hablaban sobre el punto magnético. Otros visitantes creen que, por ser un sitio místico, el lugar es propicio para la meditación. Sin embargo, no se recomienda permanecer por mucho tiempo en ese trance, ya que es posible, como le sucedió al guía Gregorio Bardales, que se pierda estabilidad y un intenso dolor de cabeza ponga fin a la experiencia.





En el año que acaba de marcharse, más de 50 mil personas visitaron este complejo arqueológico que hoy se muestra más cuidado, no obstante que sus estructuras registran una antigüedad de cuatro mil años.
Es justo reconocer que por la comodidad que ofrece la pista construida por el Gobierno Regional, ahora es mucho más fácil y económico llegar a Kótosh, bucólico paraje ubicado a 3 kilómetros de la ciudad de Huánuco, donde es posible recrearse admirando también las bondades de la naturaleza.

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